A todos nos gusta un smoothie, sin importar qué decidamos ponerle, pero ¿qué diferencia tiene esto con un licuado? Bueno, el licuado se licua y esto le da una consistencia menos espesa, mientras que el smoothie es básicamente un puré que podemos beber hecho a partir de frutas, verduras, algún lácteo, alguna proteína o incluso sólo con agua y hielo. La razón por la que se llama smoothie es porque, en inglés, esto es un diminutivo para suave, y ésa es precisamente la sensación que se tiene de esta bebida.
Los expertos en salud y alimentación coinciden en que el smoothie es una forma excelente de adquirir todos los nutrientes de las frutas y verduras que lleva en la mezcla, puesto que normalmente se consumen crudos y, al ser hechos puré, la absorción de sus nutrientes es mucho más fácil y directa para el organismo.
Claro que, como todo, depende de los ingredientes y proporción con los que se prepare. Por ejemplo, un smoothie verde consiste en cerca de 50% de vegetales verdes, mientras que hay variedades meramente frutales o que incluyen ingredientes como el yogurt, que lo hace ser especialmente cremoso en su consistencia.
Sin importar cómo lo elijas, el smoothie es una forma práctica y deliciosa de conseguir nutrientes, por lo que muchos optan por consumirlo en las mañanas, pero bien pueden servir como una alternativa refrescante y saludable para cualquier momento del día.